Hoy quiero comentar una de esas cosas que normalmente ocurren a nuestro alrededor, y sobre las que algunos casi no prestan atención, pero que desde mi punto de vista, en ocasiones dicen mucho de la gente.
Pero antes de ir al hecho concreto, quiero darle contexto al tema, porque aunque estoy convencido que en éste caso no sirve de excusa, me parece relevante una información que estuve leyendo hace unos días, y que dependiendo de los hechos, en alguna ocasión podría servir para explicar algunas cosas que no entendemos.
Hace uno días estaba leyendo un artículo, en el que se aportaban datos reveladores, acerca del interés de la personas por los hechos de actualidad. La información dejaba claro que la gente están tomando distancia de lo que ocurre a su alrededor, y no es un hecho que esté ocurriendo exclusivamente en nuestro país, porque se está verificando a nivel global. Pero dicho ésto, sorprende que España sea el país donde mas cae el interés por la actualidad en los últimos años, pasando de un 85% en el año 2015, al 55% actual, es decir una caída récord de 30 puntos.
Eso no significa que sea el país donde menos interesa la actualidad, porque por ejemplo en EEUU es un 47 el porcentaje de personas que se manifiestan muy interesadas por el día a día, y en el caso de Reino Unido es aun menos, un 43%. Pero en ningún caso la caída es tan rápida como la que se está viviendo en la sociedad española, y me temo que de continuar ésta progresión acelerada, pronto podríamos convertirnos en el país que menos se interesa por la actualidad.
¿Porqué está ocurriendo ésto? Bueno… parece que más de un 35% de los ciudadanos de éste país considera que las noticias impactan negativamente en su estado de ánimo. Sabemos también que la actualidad está muy cargada de política, y eso está aburriendo a muchísima gente, sobre todo por el continuo enfrentamiento ideológico. Ligado a todo ésto tenemos los medios, a través de los que llegan esa noticias, sobre los que ha caído estrepitosamente la confianza del consumidor de contenidos, que considera que no son objetivos, y que difunden lo que les conviene, según ideología partidaria, y modelo de negocio.
No podemos dejar de lado tampoco, el hecho de que un porcentaje cada vez mas grande de gente está teniendo problemas de ansiedad, y otras cuestiones por seguir la actualidad en Redes Sociales, y no es ni la intención ni el momento para seguir ahondando en todo ésto, por lo que en resumen, no hay duda de que la gente se está evadiendo de la realidad todo lo que puede, porque ya bastante tiene con sus propios problemas, como para beber voluntariamente en algún manantial de ponzoña, de esos que brotan allí donde mires, veas o escuches.
¿Y porqué todo éste preámbulo para lo que voy a comentar a continuación, que es algo breve y concreto? Porque será el oyente quien decida si lo ocurrido obedece a la desinformación, o viene por otros derroteros.
Obviamente tengo mi propia opinión, pero como no tienen sentido convencer a nadie de lo que uno piensa u opina, y mas que nunca en ésta época actual de confrontacion crispación absoluta y sin sentido, prefiero ir al grano y redondear lo que pretendía decir en éste episodio.
Resulta que días pasados, me encontraba como se dice “tomando el aire”, y cerca del lugar donde estaba, había una fuente. Y para que no haya dudas, en éste caso me refiero a esos sitios en los que hay un grifo para refrescarse, y beber agua.
Es pertinente aclarar, que no era un día caluroso, había unos 26-27ºC en una jornada de esas que dan respiro entre otras que sí habían sido muy calurosas, y en las que de ninguna forma habría estado allí, sobre todo a esa hora.
La cuestión es que había unos cuantos niños -aclaro de ambos sexos-, y muy cerca de ellos sus padre, charlando en su propio mundo. Los niños y no tan niños estaban jugando en toda la zona de la fuente, iban y venían, corrían reían, en fin, lo normal a su edad, tratando de disfrutar al máximo la compañía, y una climatología benigna.
La cuestión es que desde mi posición a lo lejos, me puse a mirar un poco mas en detalle el entorno, y resulta que la fuente estaba jugando -valga la redundancia-, parte fundamental de sus juegos. Presionaban continuamente unos y otros el botón del grifo, y cargaban agua en recipientes que luego vaciaban inmediatamente. No estaban refrescándose o tomando agua, estaban viéndola salir, apretando reiteradamente el botón que hacía correr el líquido elemento varios segundos ante la mirada de todos, y alternadamente cargaban en algún recipiente, se alejaban un par de metros para no mojarse en el pantano que se estaba creando, y veían como se vaciaban esos recipientes, en una suerte de espectáculo maravilloso de la naturaleza, en conjunción con la mano del hombre.
Estuve apenas algún minuto en la posición de observador antes de abandonar el lugar, pero la historia se repetía sin cesar, litro tras litro de agua derramada al suelo, ya encharcado. Y todo ésto ante la mirada “distraída” de sus padres, que estando a 5 o 6 metros en ningún momento se acercaron a la fuente, tal vez para no mojarse los pies o evitar suciar su preciado calzado veraniego, pero tampoco fueron capaces desde su posición observadora, de cuestionar de algún modo la conducta de sus hijos, y con una palabra amable, sugerirles que estaban malgastando cientos de litros de agua.
Hay pueblos a los que se les está haciendo llegar el agua en camiones cisterna porque ya no tienen, otros están con restricciones de consumo en los propios hogares. Y también hay noticias de centrales hidroeléctricas que está parando porque no tienen agua, al punto que en julio la producción de energía hidráulica en España cayó un 53%, y así tantos otros datos que alertan sobre la falta cada vez mas, de este recurso natural, algo que está golpeando a todo el mundo, pero especialmente a muchísimas zonas en España que están en riesgo de desertización.
En fin esto es lo que quería contar, y como decía antes, tengo mi propia opinión sobre lo ocurrido, y también respecto de las personas mayores y menores involucradas en el hecho. Porque ser hijo con 5, 7 o 10 años, o padre y madre de la edad que sea, considero que no cambia nada. Porque desde que nací -y voy camino a las 6 décadas-, hubo cosas que mis padres se encargaron de dejarme bien claras cada día, como que: “con la comida, no se juega”, pero con el agua, MENOS!