151- Coche eléctrico y la ruina

Hoy quiero darte mi opinión sobre un tema de total actualidad y que mas allá de todas las ventajas que parece aportar (o eso nos hacen creer), considero que tiene otra cara, sobre la que vale la pena reflexionar.

No es ninguna novedad que el parque automotor español está muy envejecido, y según los datos, al cierre del pasado año, la media de edad de los vehículos que circulan en nuestro país era de 13 años y medio, algo que viene subiendo desde hace mucho tiempo, y que con la situación actual, no pinta que vaya a mejorar, al menos a corto plazo.

Está claro que por un lado el tema de los microchips ha contribuido a poner menos vehículos nuevos en el mercado, pero no es menos cierto que un gran número de clientes están retrasando su compra, no solo porque los precios en general se han disparado, sino porque desde el punto de vista tecnológico, tienen serias dudas de que sea el momento adecuado para pasarse al coche eléctrico. Una opción que viene siendo desde hace tiempo la apuesta -sobre todo propagandística- por parte de gobiernos a nivel local y europeo, pero que no termina de materializarse en esas soluciones prácticas que el usuario necesita en el día a día.

Porque está claro que si de verdad queremos renovar el parque automotor y pasarnos a lo eléctrico, deberíamos ir muchísimo más rápido, en la creación de puntos de recarga a lo largo y ancho de todo el territorio español. Y evidentemente llevar también a cabo a nivel local y privado, toda una serie de cambios tendientes a facilitar el uso de éste tipo de tecnología, desde las propias plazas de parking por ejemplo en todos los edificios del país, algo que -estimado oyente-, sinceramente no veo nada claro. Y lo digo pensando en el propio lugar donde vivo ehh.

El parking de mi edificio tiene unas 100 plazas, fijas y en propiedad, es una construcción de los años 90s, y no sobra ni 1 cm cuadrado para hacer “inventos”. Por lo que me resulta difícil -por no decir imposible- el ver instalados 100 puntos de conexión, para que cada vecino, sobre todo por la noche, pudiera recargar su coche. Es mas, no se si es técnicamente posible que la instalación eléctrica del edificio, incluso adecuándola, fuera capaz de soportar el uso diario, sin generar unos costes bastante importantes, y que muchos no estarían dispuestos a asumir.

Pero incluso si fuera posible, hay otro tanto igual de coches de gente que vive en el edificio, pero no tiene plaza de parking, por lo que esos vehículos no solo duermen en la calle, viven los 365 días del año en la calle, entonces ¿cómo los recargarán? La cuestión es que si extrapolamos esto a lo que ocurre en toda España, nos vamos a encontrar con la realidad de que existen cientos de miles de edificios que necesitarían un cambio importante, y millones de coches que pasan las 24 horas en las calles, que necesitarían una solución práctica y real, que ahora mismo no parece posible, por decirlo de forma optimista. Pero para redondear lo anterior, ¿alguien cree que de llevarse a cabo todos éstos cambios, económicamente sería viable?

¿Cuanta electricidad consumirían millones de coches conectados simultáneamente a la red eléctrica, sumándola a la ya elevada demanda de hogares, comercios e industrias. ¿Qué pasaría con las infraestructuras encargadas de proveer ese servicios, serían suficientes, habría que ampliarlas? Pero quizá la pregunta del millón ¿qué pasaría con el precio de la electricidad? Porque ante esa bestial demanda, dudo muchísimo que las eléctricas pierdan su carácter de empresas para ganar dinero, y se conviertan en ONG´s dedicadas a proveer energía a precio de coste.

Pero ésto es solo una parte del tema, porque las ayudas a la compra no son eternas, y ya sea por temas de control del gasto del estado debido a la marcha de la economía, o directamente porque ante el abandono de la fabricación del coche de combustión interna, ya no será necesario incentivar la compra, nos encontraremos en un escenario de suba de precios, que está por ver si podrán o no, ser absorbidos por los fabricantes, mediante una bajada de costes en la producción.

Pero para redondear todo ésto, hay algo que no tiene duda alguna y es que quien no podrá absorber el cambio de ninguna forma es el gobierno, sea del partido que sea, porque el cambio al coche eléctrico implica una revolución económica y fiscal que nos nos han contado como piensan solventar, y me temo que ésto será como tantas otras cosas que han ocurrido en la historia, cuando estemos dentro, y seamos prisioneros de aquello que creíamos nos daría la libertad, caerá sobre nosotros la nueva “normalidad” impositiva, que será un golpe tan duro como inevitable, porque los estados viven de los impuestos, y sin una recaudación que cubra presupuestos, que ya los políticos se encargan de inflar más de la cuenta, ningún país es viable.

Pero comencemos por lo mas directo y sencillo de entender. El 50% o más del precio de cada litro de gasolina que consumimos son impuestos para el estado. Solo con hacer una sencilla cuenta de lo que cada coche consume al mes, multiplicarlo por unos 22 o 23 millones de vehículos que debe haber ahora mismo, y a su vez multiplicarlo por 12 meses, nos dará una cifra BESTIAL de los ingresos que el estado tiene cada año, solo por el combustible que repostamos, que es apenas una parte de lo que se genera por todo lo que éstos mueven. .

Por tanto, a preparar la cartera, porque cada año se están vendiendo mas coches eléctricos y pronto no se podrán callar las bocas que hoy solo hablan de energías limpias, porque tendrán que decirle a la gente de donde van a cobrar lo que no se cobra por los combustibles fósiles. Y lo primero será seguramente un impuestaso directo al coche eléctrico, ¿Cuánto dinero será? Difícil saberlo, pero solo que gastes 100 euros al mes en la gasolinera, piensa que solo por eso, ya le estás aportando unos 600 euros anuales a las arcas públicas. Así que lo que no se cobra por ahí, se pagará por otro lado, y tener coche eléctrico no va a ser barato ni mucho menos, ya desde la compra misma, pero quien sea capaz de hacer frente a ese gasto, el marrón vendrá mensualmente cuando la energía de la recarga no sea una risa, y mucho menos el impuesto “compensatorio” por no usar gasolina.

Pero es que el problema no termina aquí. Hoy estaba leyendo que la mitad de todos los coches eléctricos vendidos en el mundo, fueron adquiridos en China, donde el aumento del parque automotor eléctrico es tremendo, y quizá uno de los motivos principales sea de que el precio de un coche de ese tipo -según informaciones- es solo un 10% superior al de un vehículo que utiliza combustibles fósiles. Mientras tanto, por éstas latitudes o incluso en otras, los vehículos eléctricos cuestan entre un 40 y un 50% más que uno de gasolina lo que nos pone en una situación de evidente desventaja, por diferentes motivos,

Y creo que no es necesario explicar nada respecto a la dependencia que tenemos de China, algo que hemos creado nosotros mismos, que hemos permitido, y que desde empresas y gobiernos de todo el mundo han fomentado. Así que del mismo modo que es impensable hoy comprar un móvil, TV, ordenador o cualquier cosa relacionada con tecnología y que no sea fabricado en China, lo mismo ocurrirá con el mercado automotriz.

Nuestra dependencia en cuanto a baterías, microchips, y tantas otras cosas, sumado a los costes de fabricación y la carencia de materias primas por diferentes razones, nos han sumido en ésta situación en la que, las marcas de automóviles europeos y sobre todo la fabricación de todos ellos, incluida España se verán afectados por los cambios.

Ya no existirán esas diferencia de motores, y tecnologías que hacía que un vehículo alemán tuviera un respeto especial por parte de ciertos compradores. Ya no existirá aquello de escuchar un motor y saber que coche es. Será muchísimo mas complicado convencer a un cliente de que debe pagar mas por tal o cual marca cuando no percibe esa diferencia que antes saltaba a los ojos.

Los motores eléctricos que están propulsando y propulsarán los vehículos que vendrán, no van a tener el arma con el que hasta ahora se construyeron verdaderos imperios y marcas. Porque cuando no tienes posibilidad de diferenciarte ya que todos ofrecen lo mismo, sabemos como termina, en una lucha de precios entre todos, salvo una pequeña franja de mercado dedicada a darse caprichos.

Es por tanto bastante realista pensar que si no podemos fabricar coches que compitan en precio, como no hemos podido fabricar tantas otras cosas, el futuro de la industria automovilística española y europea no pinta que tenga un futuro brillante, o como mínimo probablemente ya haya pasado su época dorada. Y es que cada vez se mira mas y mas el euro. Recordemos aquella época que teminó por 2007-2008 donde se veían en las calles más Jeeps Grand Cherokee, Audis 4 o BMW de gama alta, que Seat Ibiza o tantos otros modelos de los supuestamente baratos, aunque no lo fueran. Aquella España del IVA al 16% y tantas otras cosas que se perdieron en el camino, ya no existe. ¿Cuántos Audi 4 nuevos has visto últimamente?

Lo que seguramente verás hasta en la sopa con los Dacia. Que de mucho tiempo a ésta parte, se ha convertido cada año en el vehículo más vendido a nivel de particulares. Ese dato es muy representativo de como han transcurrido los últimos 10 años, y como podría ser en el futuro, porque ojo… hablamos de un vehículo que se podía comprar por menos de 10 mil euros, hasta no hace tanto.

¿Adonde quiero llegar con todo ésto? A que prescindir de los combustibles que usamos hoy, no solo va a traer un cambio tecnológico y nuevos impuestos absolutamente necesarios para la supervivencia de los estados. También va a traer aparejado un cambio importante en el mercado laboral. Pensemos simplemente en los millones de jornales que se generan cada año, solo por el transporte del combustible hasta el sitio donde repostamos. Están involucrados conductores, camiones, talleres, neumáticos, y mil cosas mas que lo hacen posible.

Y hablando de talleres, otra revolución en cuenta regresiva, no habrá mas cambios de aceite, bujías, y tantas y tanta cosas. Elementos que son fabricados por alguien, importados por alguien, vendidos por alguien, y en todos los casos generadores de millones y millones de horas de trabajo anuales, que a su vez de forma directa e indirecta, necesitan de otros millones y millones de horas de trabajo de mas personas para que todo pueda llevarse a cabo.

Y a ésta altura para que no queden dudas, ya que hablé de China como parte muy importante en los cambios que se están dando y vendrán, quiero dejar claro que no tengo nada contra ese país. Me da lo mismo si fuera cualquier otro, y respecto del producto que sea. Porque no quiero ver naranjas Uruguayas que se venden en el supermercado de mi barrio, si eso implica que las valencianas se tengan que pudrir en el árbol, porque a la gente que las produce, con lo que les pagan por ellas, no les compensa ni recogerlas del suelo.

Y lo mismo respecto al coche eléctrico, no tengo nada en su contra, ni tampoco a favor de los combustibles fósiles. Estoy totalmente de acuerdo en dejar de usarlos, y debería haber ocurrido hace muchísimos años. El tema es que la transición que estamos llevando a cabo, no creo que haya sido planificada de la mejor forma, para resolver muchos problemas que vendrán, perjudicando a millones de personas y sus bolsillos. Es muy fácil tomar decisiones cuando se tiene el sueldo asegurado, y me temo que muy diferentes podrían ser las cosas si todo éste proceso hubiera comenzado hace ya unos cuantos años, contando con decisiones de más gente “de la calle”, y menos de los que ejercen de políticos profesionales, cuyos intereses, tiempos y prioridades, no siempre coinciden con los de la gente de a pie.

El cambio es muy grande y merecía una altura de miras superior, en la que antes de poner fecha de defunción a toda una generación tecnológica y laboral, se deberían haber dado los pasos necesarios para crear nuevas armas y recuperar las posibles existentes, en aras de una mejor defensa de la economía de la eurozona, apuntando hacia adelante, y no disparándonos en el pie, por llegar tarde y con prisas sobre algo que deberíamos haber hecho hace mucho.

Porque vuelvo a los de antes, el empleo se va a resentir y mucho. ¿De donde va a sacar el, y los gobiernos… lo que no ingresen por éste cambio que ya se está produciendo, y afecta a muchísimas áreas de la producción y el comercio diario?

Porque las cosas podrán cambiar pero lo que está claro es que el país no se puede detener, así que cuando necesites cobrar el paro, atenderte en la sanidad pública, hacer uso de la educación o que alguien te atienda una llamadas a la policía, habrá que pagar a toda esa gente, y ya sabemos de donde sale el dinero que recauda el estado… así que prepárate porque se viene un cambio grande muy pronto, y no importa si estás o no de acuerdo con todo lo que acabo de decir, porque me temo que poco importa, hay una sola realidad, y ya sabes… “Hacienda somos todos”.


Música del episodio: Oleksii Kaplunskyi from Pixabay – https://pixabay.com/th/music/-corpora… (sin derechos de autor y de libre uso personal y comercial, sin necesidad de atribución).

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